Los pies le dan ritmo a la madera,
Giran dejando incandescentes las brújulas estáticas,
Los brazos se alargan hasta tocar la rama verde que cae sobre el río amansando la cintura al vaivén.
El viento juega con los rostros acariciando con arcilla los remolinos.
El pañuelo hipnotizando su pecho, guía un amoroso encuentro.
No son cuerpos, se despegan del suelo los seres que atraviesan el espacio,
comparten el pulso,
Cada vez que exhalan logran mayor distancia,
arden las pieles y se mojan infinitamente,
las pupilas se dilatan mientras perciben las figuras, los rostros.
Salud por la abundancia y la generosidad!
Giran dejando incandescentes las brújulas estáticas,
Los brazos se alargan hasta tocar la rama verde que cae sobre el río amansando la cintura al vaivén.
El viento juega con los rostros acariciando con arcilla los remolinos.
El pañuelo hipnotizando su pecho, guía un amoroso encuentro.
No son cuerpos, se despegan del suelo los seres que atraviesan el espacio,
comparten el pulso,
Cada vez que exhalan logran mayor distancia,
arden las pieles y se mojan infinitamente,
las pupilas se dilatan mientras perciben las figuras, los rostros.
Salud por la abundancia y la generosidad!
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