Reflexiones del Seminario "Una experiencia vocal latiendo"

Vamos a intentar en este encuentro que el cuerpo sonoro sea uno mas allá del individual, que podamos trabajar en el abrazo de un sólo cuerpo, por eso vamos a estar cerca para que las vibraciones nos toquen y empecemos a sentir desde allí.

Nosotros vamos a trabajar la tensión puesta en el punto de apoyo (5 dedos por debajo del ombligo) y la distensión en cuello y hombros que es la zona donde se produce el sonido, todo el movimiento que hará el cuerpo será tensión y distensión, de esta manera funciona el instrumento.

Tensión: en el punto de impulso, en la consonancia.
Distensión: en la vocal, para que se produzca el sonido.

La respiración nos permite oxigenar todo nuestro cuerpo. La idea es DISTENDER los lugares que tienden a tensionarse.

En cada expiración vamos a relajar, soltar todas las tensiones, alinear, afinar nuestro instrumento…

Haremos esto de manera consciente, ustedes se llevan estas herramientas y con el tiempo, al automatizarlo, lo pueden trasladar a lo cotidiano.

Las herramientas van a producir cambios en el cuerpo, el cambio produce un sonido distinto, una sensación distinta.

La voz está atravesada por todo, el no descansar, la mala alimentación, las emociones (alegría, tristeza, etc.) atraviesan nuestro sonido, nuestro instrumento.

La respiración orgánica ayuda a distender, baja el ritmo cardíaco, uno maneja ese estado, uno conduce ese pulso tan vital que, normalmente, funciona inconscientemente. Empezamos a ser dueños y a generar un autocontrol a través de la respiración.

Experimentar la sensación cuando está sonando el instrumento, si estamos cómodos o no. Ver qué pasa cuando sale el movimiento como una necesidad, sentir y responder a lo que el cuerpo pide. Ver las incomodidades como algo que uno también puede traspasar, superar.

Así como hay día-noche, frío-calor, hombre-mujer, las dualidades, su complemento, ayudan al entrenamiento vocal, nos aportan matices, texturas, otros colores….

Las Vidaleras, ellas tienen incorporado esto naturalmente, no desde la cabeza, sino desde el cuerpo. Las copleras con el encuentro de juntarse a cantar, nutren el canto. Nosotros no formamos parte la cotidianidad de las copleras-vidaleras, pero el canto es totalmente natural y corresponde a todos, todos podemos cantar.

El hecho que haya desequilibrios físicos con respecto a las tensiones que hacen a la afinación, te las genera la vida misma. El ritmo que llevan las copleras es muy distinto al que uno lleva en la ciudad y eso hace que uno respire de otra manera.

Más allá de la técnica hay otras cosas que nutren a la voz: los encuentros, el intercambio, el abrazo, juntarse a cantar, soltar la voz….

Nada se sostiene sin un fundamento real, y no está en la técnica, ni el conservatorio; está en la vida, en el compartir…La raíz en el canto es lo que da mucha más fortaleza que la técnica.

El canto genera una vibración interna que moviliza endorfinas de placer, un placer real, químico en nuestro cuerpo. Ustedes no pueden acariciar el corazón, el hígado, el páncreas…su voz sí, con su sonido pueden tocar el corazón.

El canto te desnuda desde un lugar diferente, exponerse, abrir la boca, poner la cara, el pecho….
Cuando uno lo hace grupalmente hay contención, uno se anima, por eso cuando cantamos en ronda estaba la sensación de no querer parar nunca, como estar en éxtasis…

Cantar solitos…pasar por esta experiencia es lo que nos da la posibilidad de ver que es lo que hay que ir acomodando, es para abrir el canal, además saber que hay una herramienta, que hay algo que nos va frenando, que hay un apoyo en la consciencia, que algo nos va sosteniendo: LA RESPIRACIÓN.

Ésta es la herramienta más valiosa que nos vamos a llevar, y también la vamos a poner en función de la danza. Cuando uno baila se impulsa desde este lugar, uno va equilibrando el aire vital que necesita para bailar y cantar sin agitarnos, manejamos la dinámica con la respiración.
Nos da apertura a las musicalidades del cuerpo más allá de la voz…

Voz y cuerpo tienen armonía en sí, es un instrumento autónomo. Se puede construir una manifestación artística desde el cuerpo y la voz.

Escuchar nuestro registro, el hecho de no afinar está asociado con el hecho de cantar desde un lugar que no es el nuestro. Explorar desde nuestra sonoridad nos da muchas más posibilidades, no condicionarse a la melodía sino sonar…

Piensen y utilicen las voces por las que ustedes están habitados….pájaros, ruidos, niños, percusiones, cosas de la vida diaria (canilla, heladera)…Tomar las sonoridades más que las voces, para nutrir la voz y hacer de esto un acto creativo…. La voz es mucho más amplia que afinar en un mismo lugar, una misma canción.

Nosotros aprendemos a cantar porque escuchamos y este es nuestro registro.

No condicionarse a la melodía, a cantar canciones, sino SONAR!!

Me encuentro primero con lo sonidos mántricos, sonoridades que nos abren a texturas, colores, matices.

Ánimo para cantar: la energía hacia el canto. Combustión para que todo esto se mueva.

Al momento de cantar te aborda la tensión, la vergüenza, todo el tiempo se pasa por eso a la hora de cantar. Todo está sujeto a los cambios. La respiración hace que uno recuerde un estado mejor, y ahí es donde quiere estar.

Es muy difícil cantar, mucho mas íntimo, el sonido es una cosa muy personal, la emoción fue tocando a cada uno de nosotros.

Noté que el trabajo fue muy silencioso, introspectivo, que hay mucha necesidad de cantar, ese silencio aparente que hay se va a manifestar en el correr de los días y del tiempo, denle tiempo, dejen que aparezca...

Con estas voces voy a todas partes
me voy hasta el final por escucharlas
me sacan de la sombra con su brillo
con su pequeña luz iluminada

Con esas voces me voy
Con esas voces
Que dan su amor, su luz,
su paz, su soledad…

Dani Marín

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