Del cuerpo a la ritualidad...una y mil ventanas: reflexiones acerca del 2do seminario

"…Acá estoy en esta tierra, debajo de este cielo…"


Con esta frase comenzó Silvia el segundo seminario del ciclo, y nos llevó a un viaje sin retorno.

Abrimos desde nuestro cuerpo las ventanas de la percepción y allí empezó el trabajo.


Comenzamos a creer que podemos convencer desde lo más innato, corpóreo y sentido. Conectamos nuestros pies a la tierra y nuestra respiración al sentimiento, reaprendimos el arte de escuchar los silencios, de registrar los espacios del otro y el nuestro. Iba surgiendo la maravilla creativa.


Recordamos el juego y la diversión como partes imprescindibles para la construcción del trabajo corporal y comunitario, en la danza y la vida.


Silvia nos señaló el camino donde encontrar las herramientas para bailar con certezas y no simplemente para "hacerlo lindo".


"Convencernos y así convencer" nos dijo. Ser conscientes de que los movimientos, por más leves que sean, surgen de una necesidad, como ha sucedido en la historia del hombre y de su pueblo.


Respetamos el proceso de adaptación a la realidad que nosotros vivimos, para la construcción de una danza popular como es la zamba. Las técnicas nos dieron el dominio del cuerpo, para utilizarlo a nuestro beneficio.


Con la zamba nos dijimos muchas cosas, pudiendo aprovechar nuestro potencial expresivo, teniendo muy en cuenta la presencia y la comunicación con el otro, con el pañuelo y con nosotros mismos.


En el segundo día pudimos ser parte del ritual y comprender, a través de nuestro cuerpo, que hay un tiempo sagrado en la vida de los pueblos, un tiempo imprescindible: el tiempo de la DANZA, el tiempo del CARNAVAL, un tiempo en que el hombre deja de ser quien es y es uno más...donde cada uno se permite lo que no se permite el resto del año.


Entre todos fuimos chaya riojana, fuimos borrachos, viejas, jóvenes, músicos y bailarines, el ritual ya era parte de nosotros. Nadie quiere que se vaya el carnaval porque se va la alegría, y ahora podemos sentirlo en la sangre, en el aire, en los músculos, hemos dejado de pensar, nadie quiere salir de este círculo donde la risa, los gritos y la alegría se han apoderado de nosotros. Todos somos UNO, bailando una danza única e irrepetible.


El objetivo se ha cumplido...hemos abierto una y mil ventanas.

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